Como
de costumbre en eso de las 2 de la tarde Amelie aborda el metro con rumbo al
mar, mientras transcurre el tiempo en comprar el boleto esperar en el andén Por
la llegada del tren va pensando en su
gran… como decir: su gran orgasmo de la tarde tomarse el café en una esquina de
la estación del metro en la venida.
Aquella tarde Amelie lucia un poco ansiosa por beber el mejor café,
el único café de la zona que sabia a café,
el café de CHICHO aquel ser humano al parecer le ponía un cariño al colao, que
sabia a gloria, se sentía amelie acompañada en la soledad, el bullicio, era lo mas
cercano a casa.
Amelie se
desmonto del metro con la sensación de que quería tomarse su negrito después de
varias semanas ausente, pensando en la magia en el hombre, en las manos que
construyen con amor atando lazos indisolubles por lo siglos de los siglos.
Ella llega a la esquina no lo vio a chico, en cambio a
quien observo fue a una niña un poco mayor de 7 años sirviendo y vendiendo el café,
tranquila mente pidió uno de 10 pesos, y mientras daba un sorbo pregunto a la infante
¿Y chicho anda dando vuelta a la manzana con el café?
Chicho murió hace dos semanas
Amelie dio la vuelta probé,
¡Perdón!
Amelie probó el café mas salado de la
historia.